Julián ha tocado tanto la flauta que sus cabellos se han vuelto muy largos, largos como la hierba de los ríos, que se estremecen cuando la flauta canta y el viento se mueve con ellos.
Los mayores, sin embargo, no soportan su despreocupación por su aspecto físico y le exigen que se corte el pelo. Al hacerlo, Julián pierde su capacidad musical.
Incomprendido, huye a la naturaleza, donde, poco a poco, recupera su talento para la música.
Regresa a la ciudad con los cabellos nuevamente largos. Ahora los mayores no lo reconocen y terminan impresionados por la música de aquel niño "desconocido".
"La historia de un niño que pierde su arte y su alma por intentar ser como los demás. Una pequeña joya" (Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil, CLIJ).