21 historias cortas que podrían haber sido vividas por el Pequeño Príncipe. Sencillos episodios con una segunda lectura, ilustrados por Wolf Erlbruch, que, una vez más, demuestra su maestría para transladar a sus dibujos los grandes temas de la vida de una forma comprensible tanto para niños como para adultos.
Muy de mañana, Luisa es despertada por su madre para llevarla a la guardería. Ella, sin embargo, no está dispuesta a levantarse y menos a vestirse con la ropa que su madre ha elegido para ese día. Quiere ponerse el vestido y la corona de princesa. Madre e hija no se ponen de acuerdo. Incluso la madre amenaza a Luisa con dejarla sola.
Juan convalece de una enfermedad y, desde su cama, piensa en la vida fuera, en la calle, en el colegio, en su amiga, mientras su habitación se va transformando en un mundo mágico donde gaviotas, barcos, bomberos y juguetes adquieren vida propia.
La amistad de un anciano, casi ciego, y de su pequeño sobrino, los lentos paseos por el Paseo del Prado, las risas, los viajes soñados en el tren... hasta que la muerte interrumpe esa complicidad. Un bello álbum.
Majo es un rinoceronte feísimo, según los demás animales de la selva y su propia opinión, que decide abandonar la tierra donde vive y buscar la de los hombres. Por el camino, va encontrándose con otros animales que le van ofreciendo objetos, a cambio de dinero, que deberían "embellecerlo".
En un lenguaje poético y con una explosión de color esta aparentemente historia de árboles y pájaros nos habla de la hospitalidad y de la tolerancia de un manzano, enfrentado al egoísmo de otros árboles, ante los incómodos seres diferentes, los pájaros, que ensucian sus ramas, hacen ruido...
Una bella propuesta a favor de la paz y de la tolerancia.